Antes de empezar, tenéis que saber una cosa: nunca llegué a terminar este libro, pero sí leí lo suficiente como para poderos dar una opinión con cierta propiedad. Aunque como se ha podido comprobar, éste no fue del todo mi caso, igual a vosotros os apetece leerlo, por eso me siento en la obligación moral de hablaros de él. Al fin y al cabo, no era tan horrible y, miradlo por el lado bueno, diga lo que diga nunca os podré desvelar el final...
El libro cuenta la historia de una mujer de éxito que no pudo morir de peor forma: aplastada por un váter caído desde una estación espacial. Bueno, en realidad, no sé si ésta será una buena o mala forma de acabar con la vida de uno, pero no me negaréis que es un tanto ridícula incluso graciosa, para los amantes del humor negro. A su favor decir que lo que lleva a nuestra protagonista a la azotea en la que muere es un cúmulo de desgracias y mucha mala suerte.
Paréntesis: Resulta muy divertido la forma en que su imagen pública adquiere otro punto de vista, para ser más exactos, el trasero.
El caso es que Kim es una mujer egoísta que no tiene en consideración ni a su marido ni a su hija, su matrimonio hace aguas y su hija la echa mucho de menos. Su vida se centrada única y exclusivamente en la búsqueda del éxito profesional, claro que siempre hay un hueco para la relación extramatrimonial que tanto tiempo lleva esperando. Y eso antes o después pasa factura, más bien después, pero después de la muerte. Ésto la llevará a protagonizar una reencarnación tras otra dependiendo de su Karma, primero el acumulado durante su vida humana, que como ya habréis podido adivinar no era mucho ni muy bueno, y después el acumulado en sus sucesivas vidas animales. Esto funciona de la siguiente manera: según sea su karma, así será el ser vivo en que se reencarne y según sea el ser vivo en que se reencarne, así podrá influir en los humanos con los que se relacione. Nunca perderá la conciencia de que en un tiempo fue una mujer, con una vida que ahora pretende recuperar y para ello, tendrá que acumular buen karma, y en esas está.
No sé si podrá recuperar finalmente a su familia, ni si podrá volver a ser humana y empezar de nuevo en una mejor vida. No sé si llegará a conseguirlo pero durante todo el camino contará, nada más y nada menos, que con la ayuda del mismísimo Casanova quién ha tenido menos suerte en eso de acumular buen karma. También Buda hace sus cameos.
Desde mi posición sólo puedo desearle suerte.
Lo que sí os puedo asegurar es que ahora le tengo más consideración a las hormiguitas, las cobayas y demás animalitos. Sólo de pensar que podría tratarse de una personita reencarnada...Y que, por pequeños que sean, ellos también tienen sentimientos.
Pues lo dicho, animaos a leerlo y luego me contáis vosotros a mí, para variar un poco. Saludos, Lola.
Felices pesadillas
Hace 43 minutos
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