NANA

Aprovechando que acaba de salir el último tomo, creo que es buen momento para hablaros de Nana. Nunca he estado tan enganchada a una historia como a la de estas dos chicas, es obsesión enfermiza -jo! ni que fueras psicóloga Lola, menudo diagnóstico!, dicho así hasta podría sonar preocupante- sí, tu búrlate pero los que siguen este cómic me entenderán perfectamente. Por fin publican el tomo 20 después de un largísimo año de espera. La pena es que muchos nos tememos que pronto llegue el desanlace.

Bueno os pongo en antecedentes. Tendré que resumir, tampoco quiero alargarme hasta la eternidad, y han pasado tantas cosas desde que se conocieron... Además, así os animáis a leerlo, juas juas.

La historia comienza en un tren con destino: Tokio. Se retrasa a causa de la nieve y en el vagón sólo queda un sitio libre, la chica que acaba de llegar se sienta en él y observa a su compañera improvisada de viaje. Parece mayor que ella, quizá sea por el maquillaje y la ropa pero la verdad es que le gusta su estilo punk. Se las arregla para hablar con ella. Descubren que, aunque son totalmente distintas, tiene al menos tres cosas en común: las dos viajan a Tokio en busca de sus novios, las dos tiene la misma edad y las dos se llaman igual: Nana. Al bajar del tren sus caminos se separan pero por caprichos del destino, vuelven a encontrarse. Resulta que las dos pretenden alquilar el mismo apartamento, el 707. La solución pasa por compartir piso -menudas valientes, no se conocen de nada, no saben si la otra tendrá instintos asesinos-, pero lo que no sabrán, es que al final acabarán por compartir mucho más que eso.
Antes de seguir, una aclaración: en la imagen de arriba, Nana es la de la izquierda y Hachi la de la derecha, bautizaba así por Nana porque según ella, es como un perrito, o al menos se comprta como tal, y en Japón es un nombre muy popular entre las mascotas.

Comienzan a vivir juntas, y desde el principio se implican la una en la vida de la otra. Más Hachi, que se propone demostrar a su novio que puede ser independiente y, en lugar de depender de él, pasa a depender de Nana y más cuando ésta le cuenta que quiere formar un grupo de música. Pretende triunfar en Tokio y superar el éxito alcanzado por el grupo de su novio, los Trapnest. De como Ren llegó al grupo, lo contaré otro día, no tiene desperdicio. Antes de nada, matizar algo, la primera intención de Nana es debutar en solitario pero la cosa se complica cuando Nobu, el guitarrista del grupo que tenían en el pueblo, se presenta una noche en el piso para quedarse. Luego aparece Yasu, el batería. Así que sólo les queda encontrar un bajista, de lo que se encarga Hachi. Con Shin ya tiene grupo, los Blackstones.

A grandes rasgos, éste es el inicio de la historia, el final todavía no se sabe pero visto lo visto podemos esperar cualquier cosa.
Todo se complica cuando entran en juego los celos, las rencillas amorosas, las amores imposibles que acaban en triángulos imposibles, las envidias profesionales, la competencia entre ambos grupos por alcanzar el éxito...

En realidad de lo que hablamos es de amistad, de amor, de pasión, de trabajo duro y compañerismo. No todo hay que mirarlo desde el punto de vista negativo. Lo anterior es consecuencia de esto último, simplemente. A fin de cuentas, la vida es así.

Estoy deseando leer el tomo 20!!!, es más, me muero de ganas. Después de lo que os he contado, a vosotros no os pasa lo mismo?. No tenéis ganas de conocer la historia completa, con todo lujo de detalles, de boca, o mejor dicho de bocadillo, de los propios protagonistas?????.

Ni que decir tiene que este manga ha tenido su correspondiente serie de anime, su par películas, su bso, sus fans...

Ah! qué tonta! se me olvidó deciros que todo esto es obra de AI YAZAWA -Ay! Lola, no sé qué voy a hacer contigo, cuando te emocionas se te va el santo al cielo-.
La autora también tiene otros cómics como, mi segundo favorito, Paradise Kiss , Historia de un vecindario, No soy un ángel y Last Quarter, el más reciente.