martes, 13 de abril de 2010

LA CAMARERA

Ayer empecé a leer La Camarera de MARKUS ORTHS.
Buscaba un libro para leer después de haber decidido que no era el momento de Vía Revolucionaria. No sé por qué pero, tras varios parones y tras haber leído la mitad de la historia, no me sentía capaz de avanzar. Así que pensé que lo más inteligente sería dejarlo y retomarlo más adelante puesto que estoy convencida de que es un buen libro y de que no quiero que su lectura me pese. Estoy convencida de que quiero leerlo con ganas, siendo consciente y disfrutando de los detalles, de los personajes...

Encontré este libro entre las nuevas adquisiciones, casi lo paso por alto porque es bastante finito, pero me da buenas vibraciones, creo que estará bien, confío en él.

Trata sobre una chica que empieza a trabajar en el Hotel Edén, pone que como camarera, pero más bien se dedica a limpiar las habitaciones. Es una chica solitaria, que ha tenido problemas psicológicos y adicciones de algún tipo, quizá por esa soledad que siente. Y es por eso mismo, por lo que trata de estar ocupada. Pero ahora, en el hotel y en sus habitaciones, ha encontrado una vía de escape. Ahora puede tener una vida en la vida de los huéspedes del hotel. Mientras limpia, se detiene en los objetos personales de los clientes, imaginan su aspecto físico, su forma de ser o de pensar. Al principio es cuidadosa, procura no estar más tiempo del que debería, pero después se relaja, hasta que el huésped de la 303 la "pilla" en su habitación. O mejor dicho, casi porque...eh, un momento, ya no voy a contar más..., no quiero parecer imprudente y revelaros datos esenciales -Bueno, en realidad es que es ahí donde me he quedado, pero aunque supiera más no os lo contaría, que gracia tendría si no-

Vosotros haced lo que queráis pero yo me lo voy a terminar de leer, ya os contaré mi impresión. La vedad es que tiene muy buena pinta, la narración es muy rápida, casi acelerada, gusta, el autor hace comentarios sobre ella, la describe, ella hace comentarios sobre ella, describe la monotonía de sus días, de sus semanas, de su vida. En 30 páginas sólo un diálogo, quizá esto también demuestra la soledad a la que la protagonista está expuesta, no sé, en fin, lo dicho que ya os contaré. Un saludo.

Ayer miércoles terminé el libro. Debo decir, en honor a la verdad, que la historia principal se desvía un poco a otras historias que hacen que se pierda un poco de ritmo con el que empieza el libro. Pero desde luego, el final es bueno, no es previsible pero al mismo tiempo, cómo podría terminar de otra manera.
Ciertamente, da la impresión de que Lynn es propensa a la obsesión, a la planificación. Se obsesiona con la limpieza, con los clientes, tiene planificado cada día de la semana, cada día de la semana tiene que hacer una cosa y tiene que hacerla. Por otro lado, es incapaz de relacionase con el mundo, es como si hablaran distinto idioma. El problema es que esto la lleva a idealizar las relaciones, a crear un mundo donde los diálogos parecen sacados de una película. Pero cuando ese mundo ideal, choca contra el mundo real, Lynn se da de bruces contra el muro que ella misma ha creado.
Me gusta cuando se da cuenta de que la vida de los demás no es tan rosa como la pintan, de que todos tiene problemas y tiene que lidiar con ellos. Cuando se siente bien durmiendo bajo la cama porque no duerme sola. Cuando está de buen humor, tiene cita con el terapeuta y decide inventarse un sueño que a él le gustaría que su paciente tuviera.

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