jueves, 2 de septiembre de 2010

LA EMPERATRIZ DE LOS ETÉREOS

Éste sí, no sólo me ha gustado sino que me ha encantado. Lo único que me pesa es no haberlo leído antes. La historia no sólo puede resultar bonita y entrañable, sino que además la forma en que está escrita es muy especial. Para mí es un libro coherente puesto que todo en él cuadra con su finalidad y contexto, me explico: es un libro de fantasía, eso es evidente, ubicado en uno de esos futuros en los que se vuelve al pasado. Nada más lejos de la tecnología, los hombres vuelven a vivir de la tierra y de los conocimientos ancestrales, en una austeridad primitiva. Los personajes más terrenales habitan junto a otros que escapan a los límites de la realidad más real, en un invierno que parece no tener fin. Partiendo de esta base, Laura Gallego apuesta muy sabiamente por un vocabulario y una sintaxis más propia de las leyendas. El resultado: cuando lees está novela realmente da la sensación de estar leyendo un cuento de hadas.


Un cuento de hadas en el que su protagonista de cuento de hadas no cree en cuentos de hadas.

Bipa, una joven sencilla y sensata, que sólo desea llevar una vida normal bajo la protección de los túneles escavados en la roca y el calor del hogar de su cueva. No quiere más complicaciones que las que pudieran darle el cuidado de su huerta y de su rebaño. No se anda con rodeos y dice las cosas como son y como las siente. No siente interés por nada que no pueda ver o no tenga una utilidad práctica, ni siquiera por aquello que existió y ya no existe o que existe pero que está en un lugar tan lejano que nunca verá. Está conforme con su vida. No tiene intención de cambiar. Es feliz siendo como es y teniendo lo que tiene.

Pero no está sola, lo que hace un poco difícil que puede mantenerse al margen de todo. Aer está más cerca de ella de lo que le gustaría y ni siquiera sabe por qué. Aer, el hijo de El Que Vino de Lejos, un chico distinto a los demás, no sólo físicamente, de cabellos y ojos más claros que los del resto de los habitantes de Las Cuevas, sino también de carácter, mucho más fascinante y vital. Un chico capaz de ver más allá de las cosas, de ver la belleza de aquello que sólo sirve para eso. No es capaz de conformarse con lo que su mundo más cercano le ofrece. Un joven que se verá atrapado por el embrujo de la Estrella de la Emperatriz, no pudiendo ignorar la llamada del lugar al que perteneció su padre y al que, por extensión, él también pertenece. No puede evitar sentir deseos de explorar todo aquello que se extiende más allá de Las Cuevas. Necesita llegar al Palacio de la Emperatriz, ya convertido en etéreo.

Así, el joven desaparece un día sin avisar, dejando sola a su madre, igual que ya lo hiciera su padre. Pero, de igual forma, aparece meses después, cuando todos habían empezado a acostumbrarse a su ausencia. Vuelve para volverse a marchar. Vuelve para enseñar a Bipa que él está en lo cierto y que existe otro mundo más allá de su preciado pero limitado Hogar. Se marcha, pero esta segunda vez sin intención de volver.

Y que es lo único que puede hacer Bipa, pues ir en su busca. Ella se siente obligada a devolvérselo a su madre aunque sabe que el camino está lleno de peligros y que es más fácil morir que llegar al destino. Ni siquiera está segura de poder alcanzarlo a tiempo. Pero es necesario que alguien lo baje de la nube en la que vive y sólo ella puede hacerlo. Luego sabremos que lo que empuja a Bipa a marchar tras él es algo mucho más profundo y sincero. Algo que es más fácil ignorar que afrontar pero que será la clave para salir con vida de esta aventura.

Ups! Creo que ya conté demasiado, no es mi intención desvelar todos los detalles de la historia y pecar de imprudente pero necesito transmitir mi entusiasmo respecto a esta novela. La única espinita que se me queda clavada es estoy segura de que tiene mensaje, una especie de moraleja, pero por más que lo intento no lo pillo. Igual alguno de vosotros puede arrojar algo de luz a mi ceguera. Me encantaría.

Un saludo, Lola.

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