Pronto, muy pronto, por fin estaré de vacaciones y he decidido no emplearme en otra cosa que no sea leer. Cuando me dispuse a hacer una lista con los libros que leería este mes de agosto, para mi sorpresa, no se me ocurría ninguno. Me enfrentaba al síndrome del papel en blanco y de la mente aún más en blanco.
Creo que el único que tenía claro era Soy Charlotte Simmons de Tom Wolfe, quizá porque llevaba tiempo detrás de él, era el eterno pendiente. Bien, pues le llegó la hora, de este verano puede estar seguro que no pasa. Supe de su existencia por la recomendación de una amiga, le gustó tanto que no pudo evitar leerlo en sólo una semana, cuesta creerlo viendo su grosor así que doy por supuesto que esta novela puede resultar adictiva. Por éste empezaré nada más aterrizar -y más te vale, Lola, que después de deshacer la maleta-. Al parecer ofrece una visón crítica de la vida en las universidades estadounidenses a través de los ojos de una joven estudiosa de un pueblo de Carolina del Norte. Para gustos están los colores y esta novela no escapa a dicha verdad, he leído algunas opiniones en las que no sale muy bien parada dicen que porque se basa en personajes y situaciones estereotipadas y porque al autor le quedan muy lejos sus años de estudiante universitario. Otra verdad, leer para creer.
Después, llegó a mis manos el que ocuparía el segundo lugar en mi lista, Generation Dead de Daniel Waters. Éste lo leeré con una benda en los ojos -el más difícil todavía, como lo lograrás si te tapas los ojos, Lola?- es decir, que no he oído ni leído nada así que no tengo una idea ni aproximada de lo que me espera. Pero al final, creo que la historia acabará por sonarme algo familiar, más que nada por lo de los amores juveniles entre vivos y no muertos, aunque a éstos hay que reconocerles que no son vampiros si no zombies. En las imágenes que tengo de muertos vivientes, no son muy atractivos pero seguro que el autor se las ha arreglado para que sean divinos. Bromas aparte, en esta novela parece ser que vivos y muertos conviven sin mayores problemas -los unos no se comen los cerebros de los otros, creo-, y la protagonista deber tener una apariencia que hace dudar del bando al que pertenece. Pese a todo creo que será divertida a la par que un tanto extraña.
No pude evitar acordarme de La Emperatriz de los Etéreos de Laura Gallego. Tenía ganas de leer algo más de Laura y dado que Memorias de Idhún fue para mí un auténtico fracaso, un verdadero desastre, escogí éste con algunas reservas. Me gustaron mucho libros como Alas de fuego y su segunda parte y Dos velas para el diablo que pronto ingresó en mi lista de favoritos, pero creo que éste es de temática un poco diferente, más como de fantasía juvenil que me recuerda a La Historia Interminable, si se parece lo más mínimo, estoy segura de que me gustará.
Y completó mi lista La segunda vida de Bree Tanner de la exitosa Stephenie Meyer. Aunque, entre nosotros, no sé por qué me da que nunca, con nada que escriba, volverá a tener el éxito que ha tenido con la Saga Crepúsculo, ninguno de sus libros superará las expectativas que tengan los lectores de la saga. Tampoco es que me entusiasme la lectura de este último pero podría sacarme del apuro si, por alguna extraña razón, las elecciones anteriores no son lo acertadas que me hubiese gustado. Podría verse como el libro comodín. Además estoy más que convencida de que si no lo leo ahora no lo leeré nunca. Presiento que es su mejor y puede que única oportunidad.
Así que tengo cuatro libros para tres semana, un poco complicado, no? Pero el mundo no se acaba después de agosto. Creo que la táctica a seguir es no buscar nada nuevo a mi regreso hasta que no acabe con éstos. Sí eso haré.
Ya os contaré a la vuelta. Traeré noticias frescas para compensar la falta de ellas.
Un saludo, Lola.
my old ass
Hace 4 horas
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