martes, 20 de julio de 2010

LOS JUEGOS DEL HAMBRE

Jo! Me está encantando este libro, tenía que decirlo, aunque fuera en pocas líneas. Pero al mismo tiempo, me da la sensación de que va a ser muy duro leerlo y sobre todo, me llama mucho la atención la naturalidad con la que hablan del objetivo de los Juegos. Juegos que por otro lado, son muy crueles, ya me lo está pareciendo y aún no han empezado.

En fin -pienso-. Hay veinticuatro chicos, sería mala suerte que tuviese que matarlo yo.

Me gusta el ambiente, la sensación, por que en realidad es eso, una sensación difícil de explicar, como esas imágenes en las que todo es gris y oscuro, con nubes negras, cielos grises y barro, aunque, de vez en cuando, luzca el sol. Los días, los personajes, sus ropas y el resto de sus escasas pertenencias, su actitud ante la vida. Todo es tristeza y resignación. Gente que lleva sobre sus hombros el peso de sobrevivir día tras día, un peso que se puede apreciar en sus rostros, llenos de arrugas y mugre, y en sus hombros hundidos. Pero lo más curioso es que no recuerdo extensas descripciones y sin embargo, esa imagen es clara, es la que acude a mi mente con cada línea que leo.

Hombres y mujeres de hombros caídos y nudillos hinchados , muchos de los cuales ya ni siquiera intentan limpiarse el polvo de carbón de la uñas rotas y las arrugas de sus rostros hundidos.

Y ella, la protagonista, es como si hubiese aceptado su destino sin más, hace lo que tiene que hacer para mantener a su familia pero tampoco tiene algo que la ilusione, no tiene aspiraciones más allá de las del día a día -que suelen reducirse a conseguir algo de comida e ir a la escuela-, excepto el amor hacía su hermana, quizá ese sea su motor. Ha conseguido apañárselas bastante bien, aunque al principio le costara ubicarse, es normal teniendo en cuenta la situación en la que se ve sumergida su familia con la pérdida del padre. Ella es marrón, su hermana es verde y algo de blanco y rosa y su madre gris, ahora más claro, pero casi negro en un principio.

La cara de Prim es tan fresca como una gota de agua, tan encantadora como la prímula que le da nombre.

Es lo que intento recordar cuando sólo veo en ella a una mujer que se quedó sentada, vacía e inaccesible mientras sus hijas se convertían en piel y huesos.

Bueno, no me extiendo más que luego hablo más de la cuenta, ya os contaré cuando termine. Un saludo, Lola.

2 comentarios:

  1. Pues me ha picado la curiosidad con este libro...Aunque yo nunca he leído nada del géneroy creo que no entendería nada, jaja...

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  2. No, que va si en realidad se lee muy bien, esa es una más de las cosas que me gustan de esta novela. De verdad, que eso no te quite las ganas porque a mí me está encantando. ;)

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