jueves, 31 de julio de 2014

El año que pasé con Bevilacqua y Chamorro. LA MARCA DEL MERIDIANO

Os adelanto desde ya que en esta reseña seré breve por dos razones. Primera, me voy de vacaciones y no tengo mucho tiempo para dedicarle a esto. Es como una tarea pendiente e ineludible que tengo que llevar a cabo antes del fin de semana, así que cuanto antes, mejor. Y segunda, me da la sensación de que después de seis novelas sobre los mismos temas y con los mismos protagonistas, empiezo a repetirme. Siento que ya no sé qué decir que no haya dicho antes. Así que creo que con la séptima lo mejor para todos es que vaya al grano.

Resulta que llegan a manos del (ahora) coronel Pereira las fotografías de un subteniente retirado al que han colgado de un puente en Logroño. Pereira confía en Vila para llevar el caso no sólo por su más que demostrada competencia, si no por los años de servicio que compartieron en Barcelona. Rafael Robles fue su superior y mentor durante los años en que estuvo destinado en la ciudad condal y ya coincidió con él años atrás en la resolución del caso de Neus Barutell. Así que Vila se siente obligado a esclarecer su asesinato, además de porque así se lo requiere un superior, por el deber moral que le une a Robles y el respeto que siempre sintió hacía a su persona. Todo se enreda bastante, aunque consiguen apañarse bien, porque son varias las jurisdicciones que afectan al caso y varios los cuerpos de seguridad que deben trabajar en él. Además, para rizar el rizo, entra en juego el brigada López de Asuntos Internos. Supongo que de este detalle es fácil deducir que en esta historia se descubrirán algunos trapos sucios del Cuerpo. Ovejas negras que no merecen vestir el uniforme ni servir a la seguridad del ciudadano. Guardias que decidieron cruzar la linea y que deberán pagar por ello por legítimos (o no) que fueran sus motivos. Con su regreso a Barcelona, Vila tendrá que hacer frente, de una vez por todas y por dolorosos que le sean, a sus recuerdos de los años vividos en Barcelona, de cómo lo tuvo y lo perdió todo. Esta vez no le resultará tan fácil desterrarlos a lo más profundo de su memoria como ya lo hiciera la última vez que recorrió las calles de esa ciudad. Al mismo tiempo, tendrá que esquivar los recelos de Chamorro, que muy bien intuye que Vila no es del todo sincero respecto a lo que puede saber sobre los trabajos que realizaba Robles y los motivos que llevaron a sus asesinos a ajustarle las cuentas de la manera en que lo hicieron.

Nuevas incorporaciones, ascensos en la escala de mandos, todos más viejos, más sabios y más templados pero la misma conclusión, el ser humano es capaz de lo mejor y de lo peor. Las tentaciones son difíciles de rechazar cuando se presentan delante de uno y más, cuando ese uno dispone de cierta ventaja respecto del resto y carece de un mínimo de escrúpulos. Negocios sucios, tráfico de personas, prostitución, drogas, corrupción...esta historia no se priva de nada. Una vez más, se utiliza esta novela para hacer una crítica de las condiciones bajo las que debe trabajar la Guardia Civil, se vuelven a mencionar las diferencias legendarias entre madrileños y catalanes, y algo que creo que es personal y que debe responder a algún episodio traumático vivido por el propio Lorenzo Silva, las compañías aéreas low cost vuelven a ser objeto de la ira del autor. Personalmente, no estoy muy de acuerdo con las conclusiones de Vila respecto del caso, aunque supongo que es inevitable medir con otro rasero cuando el afectado te toca de cerca.

Otra entrega, que todo parecía apuntar a que sería la última pero que resulta que no, de la serie de Bevilacqua y Chamorro y que aprovecho para recomendar aunque sólo sea por el rato de entretenimiento. Además creo que es de las que más me ha gustado leer, o menos me ha costado leer, quizá porque es la más intimista y en la que se revela parte de lo que atormenta al pobre de Vila. Ahora se entienden muchas cosas.

Ganó el Premio Planeta 2012, certamen en el que Silva participó con este manuscrito que entiendo, resultaría de todo menos anónimo, a no ser que se presentara a sus protagonistas bajo otros nombres. Pero... en fin, con estos calores propios del verano como que no apetece hacer una reflexión profunda sobre las justicias e injusticias del mundo editorial. Un mundo y un negocio que, dicho sea de paso, a mi se me queda grande pero que en mi imaginación se presenta como lleno de intereses, conspiraciones e intrigas. Ains! ¡Qué ganas tengo y qué falta me hace un descanso!

Un saludo y feliz verano, Lola.

P.D: Esto no acaba aquí, ahora tengo pendiente Los cuerpos extraños, y supongo que estaría bien una especie de reflexión final que recoja mis impresiones sobre la serie, no?. No sé si estoy preparada para algo así pero, en todo caso, eso será a la vuelta. Ahora sigo con la novela que me debía de Kenyon, que aunque da más calor del que quita, al menos no da en qué pensar.

P.D. 2: Por cierto, ¿qué tendrá pensado hacer Silva con Vila cuando tenga que jubilarle? Ahora ronda los cincuenta. ¿Qué le quedan, 10 o 15 años de servicio? ¿Le convertirá en un investigador privado, viejo y amargado, pero con la intuición necesaria como para seguir resolviendo asesinatos? Quién sabe, aunque eso suena más a novela, qué se yo... ¿americana?

3 comentarios:

  1. Es lo que pasa con las sagas estas, que sí se repiten un poco. Aún así, este que fue el último que leí (los he leído todos menos el recientemente estrenado) me gustó más que el anterior.
    Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Repeticiones al margen, que haberlas las hay, al final termina siendo una serie bastante equilibrada , en la que todas las novelas presentan el mismo nivel narrativo y nos permiten hacernos una idea general de ese mismo "todo" del que forman parte.

      Yo creo que la que me resultó más lenta fue El alquimista impaciente, mientras que, por el contrario, La niebla y la doncella me pareció una novela algo más arriesgada aunque sólo fuera por ese asesinato que descuadró incluso al propio Vila.

      Eliminar
  2. Solo he leído el primero así que me queda mucho aún por leer. Pero no dudo que seguiré. Que aparte que me gustó mucho las reseñas que leo, veo que no pierden nivel estas historias.
    Besotes!!! Y disfruta de las vacaciones!!!

    ResponderEliminar