sábado, 1 de marzo de 2014

El año que pasé con Bevilacqua y Chamorro. EL ALQUIMISTA IMPACIENTE

Bien, pues esta es la segunda historia en la que la pareja de detectives formada por Rubén Bevilacqua y Virginia Chamorro se ve involucrada. El alquimista impaciente, aquel que en su obsesión por la transmutación de los metales lo que obtiene es una versión empeorada y corrompida de su propia naturaleza.

Supongo que ha pasado algún tiempo desde que resolvieran el asesinato de la joven aparecida en Mallorca pues la relación entre ambos investigadores se muestra más estable. Ambos se han aceptado como pareja de trabajo, se conocen mejor y son capaces de aventurar las reacciones del otro ante determinados acontecimientos, personajes del día a día o comentarios. Ahora les toca enfrentarse al hallazgo del cuerpo de un hombre de mediana edad, en la habitación de un motel en una zona - indeterminada, incierta, desconocida -de la Alcarria, y colocado en una posición según la cual todo parece apuntar a que la muerte pudo deberse al desarrollo de determinadas prácticas sexuales. Vila y Chamorro consiguen llegar a la escena mucho antes de que el juez levante el cadáver o de que la policía científica lo ponga todo patas arriba, de manera que consiguen tener acceso a información de primera mano, así como a la identidad de la víctima y a una serie de conexiones interesantes a partir de la cuales dirigir sus investigaciones. Pero, a pesar de determinados datos que resultaban prometedores, el caso no avanza, el tiempo pasa sin pistas ni sospechosos determinantes y, finalmente, la investigación deberá cerrarse. Algo que tampoco ayudará a esta pareja es la carismática personalidad de la víctima y su ejemplar comportamiento, que harán imposible poder relacionarla con ningún tipo de negocio turbio o ilegal. Pero el destino es caprichoso y gracias a una serie de casualidades, el caso podrá reabrirse y destapará un retorcido plan en el que la ambición, el orgullo, el poder y el dinero, darán cuenta de otro oscuro y primario pliegue de la naturaleza humana.

Una vez leída esta novela, he de reconocer que me gusta mucho la relación que se va creando entre Vila y Chamorro, basada en el tira y afloja de esa confianza que resulta inevitable cuando se trabaja a diario y durante una cantidad importante de horas junto a otra una persona, y la necesidad del respecto a los galones, en una entidad en la que la escala de mandos y la jerarquía son esenciales. Por otro lado, me encantan los dilemas interiores de Vila, que oscilan entre la sorpresa, la admiración, el cariño y el afecto hacía su compañera. Creo que, en alguna ocasión, le gustaría cruzar la línea, pero supongo que tienen más peso las consecuencias que tendrían esos actos. En la parte contraria, me da la sensación que lo de Virginia es pura admiración, y que la siente tanto hacia la persona como hacia el profesional. Igual, con el tiempo, nos descubre que lo suyo, en realidad, era amor sincero y verdadero, - no me lo perdería por nada del mundo -.
En lo referente a la historia, no sé, pero me parece que en definitiva y analizándolo con cierta perspectiva, resulta bastante sosa y nada interesante. Es una pena porque creo que Silva tiene muy buenas ideas. De hecho, la novela empieza de una manera lo bastante inquietante como para querer seguir leyendo, pero según avanza la narración, la historia pierde fuerza y termina por quedarse en poco. Otra cosa son las ayudas inesperadas del destino, que no digo que no puedan existir pero que resultan difíciles de creer. En este caso concreto, creo que el hecho de que la investigación sufra un parón de meses y se alargue en el tiempo, es una circunstancia que se nota en la lectura y no juega nada en su favor. Tengo que decir que me gustó mucho más El lejano país de los estanques, pero esto como lo demás, son sólo opiniones personales y subjetivas.

De cualquier manera, es innegable que ciertamente resulta una buena lectura, de ésas con las que se pasa un rato entretenido pero sin nada más que poder comentar al respecto. No he sido capaz de ver si existe algún tipo de moraleja o de reflexión digna de considerar. Podríamos hablar de la corrupción, del poder del dinero, pero nada de esto resultaría más escandaloso que lo que vemos en el telediario todos los días, claro que igual habría que tener en cuenta que esta novela se escribió en el 1999. No recuerdo si por aquel entonces la cosa era ya tan evidente.

Un saludo, Lola.

P. D: Creo que existe una adaptación de esta novela con Ingrid Rubio y Roberto Enríquez, pero por el momento no me apetece ni oír hablar de ella.

3 comentarios:

  1. Sí existe dicha adaptación. Mi imagen de Chamorro no se correspondía mucho con la de Ingrid Rubio y Bevilacqua como Roberto Enríquez... pues tampoco.
    Besos

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  2. Me gustó mucho el primer libro también, así que después de leerte, me dejas con cosita... Quizás por bajar mis expectativas lo disfrute más.
    Besotes!!!

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  3. Este tengo muchas ganas de leerlo desde hace tiempo, es un autor pendiente =)

    Besotes

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