jueves, 1 de agosto de 2013

Dos historias nada decentes. Alan Bennett

No quería marcharme de vacaciones sin antes contaros sobre estos dos relatos de Alan Bennett, La señora Donaldson rejuvenece y La ignorancia de la señora Forbes, que Anagrama publica en un mismo volumen y bajo este título tan sugerente. A Bennett ya lo conocía por otra de sus novelas, Una lectora nada común, en la que narraba el recién descubrimiento de la reina de Inglaterra de su gusto por la lectura. La verdad es que en su momento me resultó una historia, además de curiosa, bastante entretenida y contada con un gusto y estilo peculiares que dotaban a la novela de un aire y un encanto que podía calificarse hasta de legendario o caballeresco.

En esta ocasión, Bennett relata dos historias en las que las apariencias, el decoro y lo políticamente correcto no se corresponden con los deseos de los protagonistas o sus realidades.

En la primera, el autor narra la nueva situación de la señora tras perder a su marido después de una larga enfermedad. Ahora, cuando debe actuar como la viuda afligida que se supone que es, se ve obligada a alojar en su casa a una pareja de estudiantes que le ayudan con los gastos y a buscar un trabajo como simuladora de enfermedades en la facultad de medicina - o lo que es lo mismo, se presenta ante los estudiantes con todos los síntomas de una determinada enfermedad para que ellos realicen el diagnóstico y aprendan a tratar a los pacientes en determinadas situaciones- . Es a raíz de una curiosa proposición planteada por sus inquilinos, cuando la señora Donaldson descubre una nueva forma de ver la vida y comienza a cuestionarse la relación que mantuvo con su marido en los treinta años que estuvieron casados. Personalmente, no creo que la señora Donaldson rejuvenezca con estas nuevas experiencias, simplemente descubre ciertos aspectos de la vida que antes creía de otra manera o a los que no tenía acceso. Es cierto eso de que nunca es tarde.
Donaldson

La segunda historia nos acerca a la correcta y perfecta familia Forbes a la que la desdicha llega cuando el único hijo del matrimonio anuncia su boda con una chica de la que la señora Forbes no considera estar a la altura de su hermoso y delicado hijo. Pero, poco a poco, se va descubriendo que la perfección es en realidad hipocresía y que nada resulta lo que parece en esta historia de mentiras y enredos. Todos los miembros de esta familia, sin excepción, viven atados a la imagen que deben representar y guardan secretos que jamás desvelarían por miedo a quebrantar la frágil ignorancia de la encorsetada señora Forbes. Supongo que, en la vida, lo mejor es optar por la sinceridad como una forma de evitarnos quebraderos de cabeza innecesarios pues las apariencias y suposiciones son tan imprecisas y subjetivas que hacen difícil lo que, por naturaleza, es fácil.

Personalmente, me gustó más el planteamiento y el humor con el que se aborda la primera historia pero, he de reconocer, que descubrir la imperfección y los secretos de quienes se creen a tres metros por encima del resto de los mortales, tiene su punto.

Un saludo, Lola.

P.D: Nos vemos a la vuelta!

2 comentarios:

  1. Me tientas con esta novela. Me gustan las historias que cuenta y ese humor que parece destilar cada una de ellas. Disfruta de las vacaciones!
    Besotes!!!

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  2. Lo acabo de leer y me ha encantado. Son dos historias en donde las mujeres son las protagonistas. He sacado la conclusión de que nunca es tarde para echar una cana al aire. Me ha salido, sin pretenderlo, un pareado

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