viernes, 7 de septiembre de 2012

Cuatro días de enero. Jordi Sierra i Fabra

Otra novela que se me cruza a destiempo, otra serie que me veré obligada a leer -imposible no sentirse interesada por el destino de los protagonistas- y otro autor que descubro, o mejor, redescubro, no sin gusto -la verdad es que ya conocía a Sierra i Fabra de sus novelas juveniles pero nunca antes me había molestado por estas otras-.

Cuantro días de enero son los cuatro días previos a la llegada de las tropas franquistas a Barcelona, la última zona que aún resiste. Con la derrota del Ebro aún presente, la ciudad se prepara con incertidumbre para los días oscuros que vendrán con la nueva España. Una ciudad derrotada, cansada y hambrienta, que deberá asumir su futuro no sin antes haber derramado sudor, sangre y lágrimas y  no sin que la rabia les consuma por la impotencia ante el desenlace final. El 23 de enero de 1939 Miquel Mascarell decide acudir a la comisaría donde solía trabajar ahora convertida en el fiel reflejo de lo que es y será su vida desde que se conocieran las últimas noticias sobre los bombardeos en los alrededores. Un lugar desolado, con muestras de la rápida y obligada huida de sus compañeros, precisamente lo que él debería estar haciendo en ese mismo momento. Por el contrario, el silencio que reina en el lugar le lleva a plantearse sus posibilidades y a hacer balance de su vida como profesional y como persona. Justo entonces, sus pensamientos se ven interrumpidos por la aparición de una vieja conocida a la que tuvo que detener en varias ocasiones denunciada por algún cliente, la Reme. Su hija lleva días desaparecida y la mujer está preocupada aunque lo más probable es que la chica haya huido con algún joven, bien por amor, hambre o deseo, pero los acontecimientos del día siguiente desatan en Miquel un sentimiento de culpabilidad que le hará sentir la necesidad de resolver el misterio sobre el paradero de Merche. Quizá su último caso en una ciudad que ya carece de ley y de autoridad.

Miquel Mascarell es un policía maduro, íntegro, sereno, atormentado por sus pérdidas y fiel a la República, que ahora se encuentra ante la duda moral que supone tener que cuestionarse si tiene sentido pararse a investigar el caso de Merche, justo en ese momento, o por el contrario, le iría mejor estando al lado de su mujer, enferma de cáncer o mejor aún, huyendo junto a ella hacia Francia de una muerte más que segura. En cualquier caso, lo que descubra de esta oscura historia le resultará a todas luces sorprendente. Una vez más, la naturaleza más cruel del ser humano aflora a la superficie y el monstruo que algunos llevan dentro se ve liberado ante la certeza de creerse a salvo de toda culpa. La impunidad que genera el poder de los que son o fueron poderosos alcanza niveles extremos en una ciudad con escasez de todo, donde la miseria es el día a día y donde chicas como Merche o Patro son capaces de hacer cualquier cosa por sobrevivir.

Una lectura complicada por su fuerte carga emocional y por la visión que el autor nos ofrece de la ciudad de Barcelona y por extensión, del resto de España, en este momento concreto de su Historia. En esta novela se dan cita el amor, la amistad, la justicia, pero también el cansancio y la derrota, la tristeza y la compasión, y más allá el odio, la venganza y la traición. Me ha gustado mucho y sorprendido a la vez, la destreza que muestra el autor al crear una serie de sentimientos dentro la novela que después traslada al propio lector. Creo que eso tiene más mérito si cabe, cuando dicho lector es ajeno a unos acontecimientos que, desde la distancia, simplemente forman parte de la Historia de ese país y aún así, genera en él un interés por saber lo que ocurrió en esos días y lo que significó para esa personas que aún no sabían lo que se les venía encima. Además resulta genial la forma en que Sierra i Fabra es capaz de desarrollar una trama dando los debidos detalles del contexto en el que tiene lugar, sin dejar de lado un pensamiento colectivo a través del desarrollo personal de sus personajes, con un estilo y un lenguaje tan brillante.

Fuera de toda polémica, me quedo con la idea y la certeza de que los que realmente defendían las ideas más facciosas y radicales fueron los últimos en pisar el frente. Me quedo con la pena de saber que muchos de los que derramaron su sangre no pidieron estar allí o dieron en el bando equivocado, fueron muchas las familias cuyos miembros se vieron separados y obligados a luchar entre ellos. Y algo que me parece muy injusto, si no lo fue todo, es la manera en que se consintieron y alimentaron en la población, unas esperanzas que ya no tenían fundamento pues la guerra ya tenía a sus vencedores y de nada valía ya la resistencia. Según el autor, el día 26 de enero ya sólo les quedó ser pacientes y esperar el momento adecuado, cuando en un futuro más o menos cercano, tuvieran la oportunidad de volver a luchar por la democracia y la libertad.

Me quedo con esta frase sobre todo por el personaje que la dice y por el momento en que la dice,
"...y ahora creo que odio a Dios, si es que existe, porque si alguien lucha por él como lo hacen ellos y lo consiente es que ese Dios es una mierda. Y no escandalices, madre. Tú aún crees en el cielo y el infierno, pero el que está en el infierno sin haberse muerto soy yo." Página 169.

Un saludo, Lola.

4 comentarios:

  1. A este autor aún lo conozco solo por su narrativa infantil pero no me he animado aún con sus novelas para los que somos un poquito más mayores... Pero tu reseña invita desde luego a queerer leer este libro. Y ese fragmento que has puesto al final me ha gustado mucho.
    Besotes!!!

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  2. Me pasa como a Margari. De adolescente, era mi escritor favorito, con sus novelas juveniles "El tiempo del olvido", "El último set"... Tengo que hincarle el diente a sus libros más "adultos" :-)

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  3. Vaya pinta que tiene esta novela. Me atraen mucho las novelas de guerra, de las gentes que vivieron ese momento, sus sentimientos, sus pesares... De este autor solo he leído Kafka y la muñeca viajera, pero me enamoró su manera de narrar, así que apuntado queda.

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  4. No he leído nada de este autor pero la verdad esta novela tiene una pinta estupenda. Me sonaba el libro pero la tuya es la primera reseña que leo de él...
    Besos,

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