jueves, 1 de marzo de 2012

La mujer que arañaba las paredes. Jussi Adler-Olsen

Según el Partido Danés, en Dinamarca son numerosos los casos sin resolver que requieren de especial atención y de la creación de un Departamento a nivel nacional que se dedique a su esclarecimiento de manera exclusiva. A los pocos días de la puesta en funcionamiento del Departamento Q, montones de expedientes procedentes de los distintos distritos, se apilan en la mesa que la Jefatura de Homicidios ha instalado en el sótano de la comisaría, a la espera de que Carl Morck decida salir de su letargo voluntario. Hace tan sólo unos días que Carl se ha reincorporado a su trabajo después de pasar por un dramático incidente y, entre sus planes más inmediatos, sólo se encuentra el de sumirse en un profundo sopor que alivie las horas que pasa sentado en su despacho. Tampoco es que en la Jefatura esperen mucho más de él pues el departamento es una mera excusa para quitárselo de encima sin tener que pasar por el mal trago de despedirlo y al mismo tiempo, conseguir fondos para casos de homicidios más importantes. Claro que ni el inspector Jacobsen ni el propio Carl contaban con la hiperactividad y curiosidad natas de Assad, el ayudante contratado para el departamento. A lo que se añaden en el momento más inesperado, las ganas que surgen en Carl de llevar la contraria, alimentadas por el desprecio hacia sus compañeros, que le ven como el lastre con el que ninguno está dispuesto a cargar.

Después de varias vueltas y de las presiones a las que finalmente le someten, Carl decide que es hora de moverse. Assad le propone el caso de una joven parlamentaria desaparecida cinco años atrás mientras viajaba con su hermano a Berlín. Aunque se la dio por ahogada, su cuerpo nunca apareció. Merete Lynggaart nunca destacó por sus relaciones personales pero sí por su éxito profesional y pese a que se aventuraban todo tipo de rumores, nadie sabía que la razón de esa actitud se llamaba Uffe y tampoco que tuvo que cuidar de él tras la muerte de sus padres y que a ella eso no le importaba demasiado aunque le hubiera gustado disponer de un poco más de tiempo para sí misma.

Ya desde el prólogo somos testigos de la suerte que corre Merete y es imposible no preguntarse cómo una persona puede ser capaz de sobrevivir a la tortura más fría y meditada. Un día tras otro, en una prisión en la que la fortaleza de espíritu y las ganas firmes de vivir son las únicas armas con las que la joven puede contar para hacer frente al odio y el rencor alimentados por años de sufrimientos. La venganza es un plato que se sirve frío es un dicho que adquiere en esta novela toda la plenitud de su significado.

El autor es capaz de despertar la intuición de la mente más lenta y abotargada en una historia fácil de seguir –cosa que personalmente acojo de buen grado- donde las investigaciones se van desarrollando de forma ágil y lógica, todo ello aderezado con el humor ácido de un hombre maduro, con sus comentarios mordaces y sus actos con dobles intenciones. Un policía acostumbrado a la dinámica de su trabajo y a las rivalidades entre compañeros de profesión, que además tiene que lidiar con un hijo adolescente postizo, una ex mujer alocada y excéntrica y un inquilino bastante raro al que tiene alquilado el sótano de su casa. Pero por si esto no fuera poco, deberá hacer frente a las diferencias culturales e idiomáticas que le separan de Assad, quién definitivamente guarda un pasado secreto. Una novela bastante entretenida que no descuida el lado dramático, la crítica social y la reflexión sobre varios aspectos de la naturaleza humana y de los sentimientos más primarios -cuesta asimilar la crueldad innata, incluso natural, que el propio ser humano es capaz de profesar hacia sus iguales pero también es reconfortante darse cuenta de la virtud de los sentimientos contrarios-.

He tardado en decidirme a leer esta novela pese a que el argumento me atrajo desde el primer momento pero os aseguro que no me pasará lo mismo con el segundo caso del Departamento Q, Los chicos que cayeron en la trampa.

Un saludo, Lola.

8 comentarios:

  1. Yo tengo apuntados los dos desde hace tiempo, aunque no se cuando podrán caer. Espero que en los próximos meses saque tiempo para ello, porque las reseñas que llevo leídas son bastante positivas. Besos!

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  2. ¡Qué buena reseña! Los tengo en mi lista de pendientes, y voy a tener que adelantar su lectura, que me has dejado con unas ganas...
    Besotes!!!

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  3. Los tengo en mi lista desde hace bastante tiempo, a ver si ahora que tengo el último me animo a leerme los dos anteriores para ponerme con ese, que tienen muy buena pinta
    besos

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  4. Me alegra que os parezca interesante, hay mucha gente que prefiere al típico detective sórdido de novela negra o policíaca pero éste también tiene su atractivo. Nunca he entendido por qué todos ellos tienen que tener un pasado atormentado. En fin...estaré atenta a vuestras opiniones.

    Tatty, no sabía que ya había un tercero, ¿cómo se titula? tendré que hacer con él.

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  5. Me llama la atención sobretodo por el título =)
    Me has puesto los dientes largos jejeje

    Besotess

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  6. Me apunto la recomendación :)
    Besos, te sigo.

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  7. Ni idea del libro pero parece que lo has disfrutado, voy a tenerlo en cuenta, lo de la venganza me atrae, creo que es muy natural en gente decidida, pero también propensa a vivir con sentimientos que hacen daño a la propia personalidad y tranquilidad. Un abrazo.

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  8. Además, la venganza es un sentimiento curioso y retorcido pues a pesar de que, en un principio, parece que busca causar un daño en otro, ya sea físico o emocional, al final casi hace más "mella" en la propia persona ya que con el paso del tiempo puede convertirse en una obsesión que producirá poca o ninguna satisfacción una vez alcanzado el objetivo. Quizá el vacío sea lo que sienta después. Con esto quiero decir que al final el perjudicado es el "vengador" pues no creo que vea saciado su sentimiento o se corresponda con las expectativas que tuviera al planear su venganza. Por no hablar de los trastornos psicológicos que causa toda obsesión.

    Un saludo y buen fin de semana, para algunos, largo.

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