martes, 12 de julio de 2011

VIAJE DE INVIERNO. AMÉLIE NOTHOMB

Esta es la historia de amor entre Zoilo y Astrolabio, el primero, filósofo y crítico griego conocido por sus duros ataques a las obras de Homero y el segundo, descendiente de Abelardo y Eloísa cuyo destino les negó la posibilidad de estar juntos y les llevo, a los tres, a sufrir el mismo final. Un momento, no puede ser, creo que me estoy liando. Empiezo de nuevo. Viaje de invierno es la historia de amor entre Zoilo, joven filólogo que trabaja para el departamento social de una compañía eléctrica, tan marcado por su propio nombre que a la edad de 15 decide traducir él mismo a Homero como una forma de desdecir a su homónimo, y Astrolabio, una joven que vive a cargo de una escritora afectada por una rara clase de autismo - me encantó la forma en que las dos chicas se conocen y comienzan a trabajar juntas -. Ahora sí. Ambos se conocen en una de las visitas de Zoilo en representación de su empresa al apartamento de las dos mujeres, desde el primer momento queda fascinado por la belleza de la joven, y una vez superada la confusión inicial - genial anécdota - y tras las primeras indecisiones, deciden comenzar una relación, no sin condiciones, con la ciudad del amor de fondo.

Pero este es sólo el principio del fin, el contexto en el que se desarrolla la verdadera historia. Un final trágico que resulta del acto de amor, o de desamor, más extremo que sólo a la mente humana podría ocurrírsele. El rechazo es la justificación de lo que no la tiene, aunque por otro lado estaríamos ante la máxima expresión del sacrificio frente al máximo exponente del amor, en lo que a arquitectura se refiere. Claro que tampoco conocemos el resultado del hercúleo plan, sólo que la banda sonora de tan tremendo objetivo será la ópera Viaje de invierno de Schubert y que tenemos en nuestras manos las notas previas del protagonista.

Nothomb hace especial incapié en la belleza y la fealdad que nos rodea, hasta en los más pequeños e insignificantes detalles, pero que no somos capaces de ver y apreciar por nuestra propia dejadez del día a día, por nuestro conformismo y aburrimiento cotidianos. Somos mediocres por naturaleza, es el precio que debemos pagar por crecer. Necesitamos de un agente externo que nos abra los ojos y la mente.

Por otro lado, nos ofrece la oportunidad de darnos cuenta de la importancia de los nombres que en su día recibimos, supongo para que reflexionemos a la hora de encontrarnos ante tan importante decisión - lo que no soy capaz de comprender es cómo el nombre de Astrolabio puede servir como venganza, más aún después de haber leído la historia de Abelardo y Eloísa -.

En esta novela también es importante el amor y el desamor. El amor desinteresado hacia el prójimo, representado por la relación que mantienen Astrolabio y Alienor y el amor, en parte platónico, entre Astrolabio y Zoilo. Relaciones en las que el sacrificio hacia la otra persona es la base pero al mismo tiempo limita.

Pese a todo, no sé que me pasa últimamente con las novelas de esta autora pero siento que me dejan destemplada, quizá por la continua sensación de creer estar perdiéndome algo, las entrelíneas. No preocuparse. Es una percepción puramente personal. En el fondo, la novela es buena, original. Es Amelie Nothomb. Sólo necesita unas pocas páginas para darle la vuelta al lenguaje, para utilizar la palabra en beneficio de su peculiar visión del mundo. Sin duda recomendable.

Un saludo, desde el calor centropeninsular, Lola.

P.D: Me queda una duda. De verdad resulta tan distinto enamorarse en invierno a hacerlo en cualquier otra época del año?

Enamorase en invierno no es una buena idea. Los síntomas son más sublimes y dolorosos. La perfecta luz del frío estimula el deleite sombrío de la espera.
Las otras estaciones tienen sus zalamerías, espinillas, escozores y frondosidades en las que sepultar los estados de ánimo. La desnudez invernal no ofrece refugio alguno.
Página 55.

5 comentarios:

  1. A ver cuándo me animo a leer algo de esta autora. Porque mira que la tengo pendiente de hace tiempo. Me ha llamado la atención este libro pero no sé si será de las primeras obras que lea. Y es voy a depender de lo que encuentre en la biblioteca, porque como he visto reseñas buenas de casi todas sus obras, creo que va a ser obra que vea, obra que pille.
    Y la pregunta es... Parecerá tontería pero me he quedado pensando y he caído ahora que casi siempre que me he enamorado ha sido en invierno. Será que busco que me den calorcito, jajaja
    Besotes!!!

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  2. Personalmente empezaría por Estupor y Temblores, seguro que en tu biblioteca lo tienen porque es uno de sus más conocidos. A mí me gustó mucho.

    En cuanto al amor de invierno, hallar calor humano siempre es buena alternativa, de hecho es el más reconfortante pero..., Al amor le repugna compensar el frío con el calor y lo reviste de una impresión de obscenidad, aliviar la pasión abriendo las ventanas que dan al aire vivo envía a la tumba en un tiempo récord. Página 56.

    Yo no soy de extremos así que me quedo con la primavera. Además el refranero español ya se pronunció al respecto con eso de que la primavera la sangre altera.

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  3. Ahora mismo me estoy leyendo La metafisica de los tubos de esta misma autora, aunq el libro q dices tiene tb muy buena pinta:)

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  4. Pues justo ese es el que me falta de sus autobiográficos, los que más me gustan. Ya me contarás porque, si sigue su misma línea, ya habrás comprobado que tiene un estilo bastante peculiar y una visión del mundo y de su entorno muy personal. Espero que te guste.

    PD: Me apunto tu blog, me gusta.

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  5. Sigo teniendo pendiente a esta escritora a la que, como Margari, le tengo muchas ganas. A ver si pronto reseño algo de ella.

    bsos!

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