miércoles, 3 de noviembre de 2010

TRILOGÍA LOS JUEGOS DEL HAMBRE

Comencé a leer el primer libro días antes de que empezaran mis vacaciones de agosto, en ese instante comprendí que, antes o después, tendría una tarea pendiente de la que no podría rendir cuentas hasta que no leyera los tres, ese día es hoy. Tengo que decir que no puedo estar más contenta de haberlos descubierto pues hasta ese día no había oído hablar de ellos. Lo que no entiendo muy bien es la razón por la cual se me escaparon -Lola...tienes que empezar a darte cuenta de que no puedes pretender controlarlo todo-. Creo recordar que fue uno de esos días en los que no tenía nada que leer. Uno de esos días en los que terminas un libro y en lo que tardas en decidirte por el siguiente, este cae en tus manos, le das la vuelta y lees la sinopsis. Esto fue lo que leí yo cuando encontré Los Juegos del Hambre en una de las estanterías de la biblioteca:

En un opresor mundo futuro, lo importante no es sólo mantener a raya a los sometidos, sino brindarles el espectáculo de su propia sumisión. Anualmente, el poder central organiza un cruel reality show, una caza al hombre de visión obligada para toda la ciudadanía, en la que jóvenes elegidos por sorteo se ven obligados a matarse entre ellos o morir.

Pero no conforme con eso leo el interior donde la protagonista se presenta: Me llamo Katniss Everdeen. Tengo dieciséis años, y puede que no llegue a los diecisiete.(...)
Una de las más poderosas armas de que dispone son los Juegos del Hambre. Una lucha a muerte transmitida en directo como recordatorio de quién manda aquí.


El problema con el que me encuentro siempre llegada a este punto es que no sabría qué contar para no revelar aspectos importantes para aquellos que no han leído ninguno de estos libros pero de lo que sí quería dejar constancia es de una sensación que me ronda desde hace un tiempo respecto a las trilogías. Igual que mucha otra gente, en ocasiones, acabo por pensar que el libro que realmente merece la pena siempre es el primero pero a mi entender, lo es porque siempre resulta ser el más original, en el que todo es nuevo y está por descubrir, una vez que lees ése ya todo tiende a parecer familiar, los protagonistas, sus acciones, sus pensamientos, el escenario...Es por esto por lo que pienso que el que deja mejor sabor de boca, el que se recuerda de una manera más especial siempre es el primero, lo que no quita que los demás sean mejores o peores, hay autores capaces de mantener la historia y con ella a sus lectores en cada una de las partes que la componen y otros que no consiguen crear más que una caída en picado y sin paracaídas o red que pueda salvar a los valientes que lleguen al final. Pero esa será otra cuestión.

En este caso, cuando leí la trasera de Los Juegos del Hambre, me llamó muchísimo la atención porque me pareció una historia sobre la que jamás había pensado que se pudiera escribir un libro, me pareció una historia original -no hay nada como citarse a una misma, verdad, Lola -, es más, cuando me lo planteé me dio un poco de miedo y si lo empecé a leer fue con cierta cautela porque no podía imaginar hasta qué punto llegaría la autora en los asesinatos que tendrían lugar como parte de los Juegos, en qué momento pararía, no sabía cuál sería su grado de crueldad, de morbosidad o cómo de macabro el momento en que los personajes se vieran obligados a tener que matar o, de lo contrario, morir. Y la verdad es que en este aspecto, la autora no escribe nada que no se pueda leer, siempre dentro del contexto de la historia, no hay que olvidar que los protagonistas son adolescentes que se ven obligados a participar, año tras año, en un sangriento y mortal espectáculo sin que nadie pueda hacer nada para impedirlo. Cuando lo acabé, me sentí totalmente conforme con el libro, me pareció coherente desde la primera hasta la última palabra.

Después del éxito que tuvo en mí el primero, llegaba la hora de leer el segundo y la pregunta que siempre me rondaba en la cabeza era qué se iba a inventar para que Kat y Peeta volverían a entrar en el juego. Cómo iba a conseguir la autora reavivar la historia. Pues, desde luego lo hace y de qué manera. Un año más se vuelven a celebrar los Juegos y, en este aspecto, es de agradecer a la autora el buen gusto de no repetir nada más que lo necesario contando lo mínimo respecto a todo lo previo a los Juegos, cosas que ya conocemos sobre el funcionamiento, los preparativos y las jornadas de entrenamiento de los participantes. Pero, por el contrario, sí que me pareció muy precipitada toda la parte final del desenlace, todo con mucha prisa, todo como a medias. Desde luego, si quieres, estás en tu derecho de sentirte igual de estúpida que Kat cuando se desvela la trama de este segundo libro.

Y en cuanto al tercero, bueno...tiene sus cosas, no me resulta predecible, me está gustando, pero también es verdad que en el momento en que escribo esto, aún no lo he terminado, quizá vaya por la mitad, pero no parece que haya cosas que no encajen o desentonen, y no sé si será ya cosa de la costumbre que no me importan los avances en el tiempo de un capítulo a otro, incluso hasta me hace gracia que pasen los días o las semanas. En fin... que a la espera del final del final sí que puedo decir que en su conjunto, esta saga podría pasar a formar parte de mi lista de libros difícilmente olvidables.

Del primero me quedo con la idea de que no siempre ganan los que están más predispuestos a ello sino los que están acostumbrados a sobrevivir. Del segundo, con la sensación de que, en ocasiones, da igual cómo actuemos o pensemos porque son otros los que mueven los hilos de nuestros destinos. Y del tercero me quedo con esto

Ya no siento lealtad hacia estos monstruos llamados seres humanos, a pesar de ser uno de ellos...Porque algo falla estrepitosamente en unas criaturas capaces de sacrificar a sus hijos para zanjar sus diferencias.

Ahora, hablando con conocimiento de causa creo que este último es el que me ha resultado más difícil y duro de leer pero es el que más me ha gustado, el final no tiene desperdicio.

Un saludo, Lola.

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