lunes, 21 de octubre de 2013

La ridícula idea de no volver a verte. Rosa Montero.

Este mes está siendo el mes de las primeas veces, me pasó con la novela de Andrés Pascual - mi primera novela de autoayuda - y me pasa ahora con la de Rosa Montero - mi primera novela biográfica -, aunque no es la primera vez que leo a esta autora. Conocí a Rosa Montero con Lágrimas en la lluvia, claro que no sé si esta novela sirve de referente pues al parecer era distinta a cualquier otra que hubiese escrito con anterioridad. Quiero decir que no sé si puede considerarse ejemplo de su literatura como para creer que se conoce a un autor, si es que se puede afirmar algo así por muchas novelas que se haya leído de un mismo autor. A mí, Lágrimas en la lluvia me gustó aunque sé que no es su mejor novela, y La ridícula idea de no volver a verte, y ésta sí que me parece una gran historia, me ha fascinado.

Seguro que no es su mejor foto,
de hecho, he encontrado otras
en las que parece más relajada,
pero a mí ésta me parece estupenda.
Me ha encantado la vida de Marie Curie y, aunque ahora sé que fue una mujer afectuosa y pasional, siempre me seguirá pareciendo algo seca, seria y hermética en sus relaciones familiares, la culpa la tiene sin duda el rictus de todas y cada una de sus fotografías. Debo coincidir en que fue una mujer admirable, adelantada a su época y a la que no le importó anteponer el bien de la humanidad a su propia integridad física. Marie siempre supo que tenía talento y quiso demostrarlo pese a que en ocasiones, eso le supusiera un dilema moral pues implicaba desatender a su familia, algo que me parece normal y que no quiero creer que sólo respondiera a los cánones adscritos a la mujer de la época. Además, creo que tuvo mucha suerte al coincidir con Pierre Curie que siempre la consideró como a un semejante, una colega con la que trabajar codo con codo y nunca la impuso que ocupara su papel como ama de casa. Él también era conocedor de su valía. La verdad es que fue una pena que el matrimonio acabara de forma tan trágica. Ese accidente cambió la vida de toda la familia de manera radical y para siempre.

Y esta otra es genial.
A todo lo anterior hay que añadir las aportaciones de Rosa Montero aunque no estoy del todo de acuerdo con alguna de sus reflexiones, pero de eso se trata, de no estar de acuerdo en todo, no?. Sí que creo que es una mujer valiente al compartir con los lectores determinados aspectos y sentimientos pertenecientes a su vida más íntima y que, el hecho de comentar el diario que Marie Curie escribió tras la muerte de Pierre, es sólo la excusa para sacarse la espinita de su propia pérdida. En varias ocasiones me he preguntado hasta qué punto yo, como persona extraña y ajena a Rosa Montero, podía ser merecedora o tener derecho a conocer esas intimidades.

Pero es que además, Rosa Montero aprovecha el análisis de la biografía de Madame Curie para hacer un repaso de la situación de la mujer en una sociedad predominantemente masculina, al mismo tiempo que aborda sentimientos tan universales como el amor, la amistad, la familia, la pérdida o el luto, y presenta el sentido de la vida, la felicidad y el arte. No recuerdo en qué parte pero dice una cosa que me ha gustado especialmente sobre la literatura y es algo así como que los escritores y los lectores necesitamos la literatura porque la vida sola no basta.

Hay algo que me ha llamado especialmente la atención y es que Rosa Montero, con su estilo claro, directo y franco, me ha marcado y me ha hecho más creíble esta historia que la pomposidad de Andrés Pascual, tratando ambos temas similares.

Un saludo, Lola.

viernes, 18 de octubre de 2013

LA FRASE DEL DÍA

(Los humanos nos defendemos del dolor sin sentido adornándolo con la sensatez de la belleza) Aplastamos carbones con las manos desnudas y a veces conseguimos que parezcan diamantes.


La ridícula idea de no volver a verte. Rosa Montero. Página 119.

lunes, 14 de octubre de 2013

El sol brilla por la noche en Cachemira. Andrés Pascual

David Sandman es un observador de la ONU destinado a Cachemira que no duda en poner su vida en peligro cruzando todas las líneas de seguridad que puede. En realidad, lo que busca es acabar de una vez por todas con su atormentada existencia. Por fin llega el tan ansiado día cuando de camino al campamento sufre un atentado que le deja muy malherido. Mientras los equipos de salvación acuden al lugar, él es testigo de una especie de revelación que cambia su perspectiva y cuando consigue despertar del coma, cree identificar esa luz en Aurore, una joven enfermera que también vive anclada a su pasado. Juntos pasarán la larga noche que Andrés Pascual nos narra en su novela, compartiendo confidencias, miedos e ilusiones a sabiendas de que el tiempo pasa y de que les queda poco para disfrutar el uno del otro. Cada uno influirá en el otro más de lo que se imagina, y a partir de esa noche, sus vidas, de una u otra manera, cambiarán para siempre. Porque siempre vivirán el uno en el otro.

Esta es la primera novela que leo de Andrés Pascual, animada únicamente por los buenos comentarios de personas que habían leído otra de sus novelas, El haiku de las palabras perdidas, pero en verdad, no sé cuando volveré a reunir fuerzas suficientes para leer algo más de este autor. Y es que esta novela me divide en dos.

Por un lado, si trato de ser objetiva, debo reconocer que Andrés Pascual escribe con un estilo muy cuidado, lírico y poético. Utiliza adjetivos y metáforas que embellecen la narración, de eso no hay duda. Estéticamente es un buen trabajo. Pero claro, luego aparece mi lado más subjetivo y, es cierto que la historia es bonita, el moribundo que se enamora de su enfermera mientras las balas silban tras las finas paredes del hospital de campaña, pero, a pesar de ello, es demasiado edulcorada para mi gusto y en ocasiones exagerada con determinados comentarios.

 Además, para quienes no lo sepan -es obvio que ese fue mi caso- , trata de ser una especie de libro como de auto ayuda, y no es que tenga nada en contra de esos libros pero creo que nunca está de más saber antes cuándo se va a leer uno. Resulta que al final la historia se construye a partir de una serie de cuentos y fábulas que tratan de enseñarnos el sentido de la vida y la superación de la pérdida. Hace especial hincapié, supongo que por la situación de los protagonistas, en la importancia de vivir el momento presente, que es el real y verdadero, de deshacernos de las ataduras del pasado y no pensar en las consecuencias futuras, de hacer aquello que realmente queremos hacer y tomar las decisiones necesarias en esa dirección, aunque los resultados no sean inmediatos y se hagan de rogar. Y, si tenemos en cuenta la ubicación de la narración, no podían faltar las alusiones a la búsqueda de la felicidad, pero no la individual sino la colectiva, y todo lo relacionado con el placer de reflejarnos en los demás. Es una novela de reafirmación.

Si me tengo que quedar con algo, lo hago con la idea de que en la vida las cosas pasan, tanto las buenas como las malas, y punto, no hay que martirizarse sino concentrar todas las energías en vivirlas. Y que lo importante es estar a gusto con la vida que uno tiene, siempre podría haber sido otra, si hubiésemos tomado una decisión diferente en un momento determinado, pero puede que la nuestra no esté tan mal y, a fin de cuentas, es la que es. Los momentos pasados nunca vuelven. Me gusta mucho un pasaje en el que dice algo así como que la felicidad se alcanza cuando llega el día en que uno es capaz de decir que podría morir en ese mismo instante y hacerlo en paz, habiendo vivido la vida.

Y luego yo voy y pienso que todo esto está muy bien, los cuentos que aportan los diferentes personajes, tanto los principales como los secundarios, son realmente interesantes y me han encantado, pero llega un momento en que todas estas enseñanzas se vuelven un poco repetitivas y si a eso le unes la falta de acción, o una acción predecible, pues parece que lo demás queda un poco empañado.

Así que no sé, supongo que podría recomendar esta novela pues es posible que los principios que predica puedan cambiar la vida de quienes la lean, que dichos principios les ayuden a reflexionar y así su vida sea un poquito más feliz tratando de dar importancia a aquello que realmente la tiene. Yo he intentado, este fin de semana, poner en práctica algo de lo que propone, ser un poco mejor persona, pero es que el resto de la humanidad lo pone realmente difícil.

Un saludo, Lola.

jueves, 10 de octubre de 2013

LA FRASE DEL DÍA. Hoy dos!

La vida es una montaña rusa que nos sube a lo más alto para luego empujarnos al vacío. Pero ni lo bueno ni lo malo ocurren para premiarnos o castigarnos. Las cosas pasan y ya está.

Página 115



El silencio puede llegar a ser más estremecedor que los disparos. En él caben todos los sonidos que tememos escuchar.

Página 118

El sol brilla por la noche en Cachemira. Andrés Pascual.

miércoles, 9 de octubre de 2013

LA FRASE DEL DÍA

Entonces, si no escribimos las cosas más a menudo tal vez sea por miedo a leerlas después.



Página 56. El sol brilla por la noche en Cachemira. Andrés Pascual.

No sé muy bien cómo explicarlo pero creo que sólo cuando se escribe en un papel aquello que se siente o se experimenta a lo largo de cada día, se vuelve tangible aquello en lo que uno se ha convertido, aquello que uno realmente es. Y verlo ahí, de una manera clara, material y con todas sus líneas, es lo que hace que uno adquiera consciencia de todo lo vivido, de todo lo que nos ha dado forma. Es una experiencia a la que es difícil enfrentarse.